Hace unos días, mientras estaba en el supermercado, mi esposo empujaba el coche del bebé y yo llevaba el carrito de compras. En ese momento “preciso”, pasé junto a un señor que estornudó sin miramientos. Sentí una nube de saliva y microorganismos envolverme, mientras mi esposo y el bebé lograban escapar ilesos.
Al día siguiente, ya olvidado el incidente, me desperté con la garganta irritada, enrojecida y con las amígdalas inflamadas. No lograba conectar lo sucedido con mi estado. ¿Es posible enfermar tan rápido? ¿O ya llevaba en mi garganta algún invitado incógnito no grato?
La faringitis, también conocida como dolor de garganta, es una de las razones más comunes de consulta médica. Representa más del 2% de las consultas en adultos y el 5% en niños. Se caracteriza por la inflamación de la faringe, la nasofaringe y los tejidos amigdalinos. En el 80% de los casos, la causa es viral; el resto se debe a infecciones bacterianas y, en raras ocasiones, fúngicas.
Muchos, en lugar de acudir al médico, optamos por visitar la farmacia y confiar en que el boticario acierte con un tratamiento basado en nuestros síntomas. Así terminamos con una bolsa llena de pastillas, incluidos los famosos antibióticos. Sin embargo, el uso inadecuado de estos medicamentos no solo puede provocar efectos secundarios innecesarios, sino también aumentar el riesgo de resistencia bacteriana en la comunidad.
En un mundo ideal, deberíamos aislar el microorganismo causante de los síntomas para determinar el tratamiento adecuado. Pero hablar de microorganismos es hablar de tiempo: necesitan reproducirse en el hospedero para desencadenar los síntomas que delatan su presencia.
¿Qué tan rápido se reproducen?
Las bacterias, como el Streptococcus pyogenes (causante de la faringitis estreptocócica), se duplican en 20 a 30 minutos bajo condiciones óptimas. En el cuerpo humano, este tiempo varía dependiendo de los nutrientes disponibles y las defensas inmunológicas.
Por otro lado, los virus necesitan infectar una célula para replicarse. Desde la infección inicial hasta completar un ciclo de replicación, pueden tardar entre 8 y 24 horas, pero producen miles de copias en ese tiempo.
Tiempo, diagnóstico y tratamiento
Debido a las similitudes en los síntomas, diferenciar clínicamente entre faringitis viral, bacteriana y fúngica es un desafío. Dolor de garganta, fiebre y odinofagia (dolor al tragar) son comunes en todas. Los síntomas suelen alcanzar su punto máximo entre los 3 y 5 días y se resuelven alrededor del día 10.
¿Entonces, fue el caballero del supermercado con su amable nube de estornudos el culpable? ¿O ya llevaba conmigo a estos “bichos” sin saberlo? Es un misterio que probablemente nunca resolveré. Lo que sí sé es que, como ama de casa y mamá sin tiempo para enfermar, recurrí a mi farmacéutica de confianza.
Tratamiento según la causa
Faringitis viral:
- Pastillas para chupar o enjuagues bucales con benzocaína o lidocaína para aliviar el dolor.
- Medicamentos como ibuprofeno o paracetamol para reducir fiebre y dolor.
Faringitis bacteriana:
- Lo ideal es identificar el agente causal antes de recetar un antibiótico. Sin embargo, un tratamiento de 6 a 10 días con el antibiótico indicado por el médico suele ser suficiente.
Mantener una buena hidratación es clave, independientemente del tratamiento.
Por lo general, el dolor de garganta es viral y autolimitante. Puede mejorar con remedios caseros que mantengan la garganta hidratada y desinflamada. Así que, antes de lanzarte por los antibióticos, consulta con un profesional. Tu salud (y la de tu comunidad) te lo agradecerá. Te dejo una imagen que puede ser de ayuda la momento de tener un dolor de garganta
REFERENCIAS
Sykes, E. A., Wu, V., Beyea, M. M., Simpson, M. T. W., & Beyea, J. A. (2020). Pharyngitis: Approach to diagnosis and treatment. Canadian family physician Medecin de famille canadien, 66(4), 251–257.
Essack, S., Bell, J., Burgoyne, D., Tongrod, W., Duerden, M., Sessa, A., Altiner, A., & Shephard, A. (2020). Point-of-Care Testing for Pharyngitis in the Pharmacy. Antibiotics (Basel, Switzerland), 9(11), 743. https://doi.org/10.3390/antibiotics9110743