Más sucio que un zapato: la vida secreta de las esponjas

Lavar los platos es una tarea cotidiana, pero ¿estamos seguros de hacerlo de forma correcta?

¡Es increíble la capacidad que tienen los platos sucios de reproducirse! Se podría pensar que la vida adulta se resume en lavar loza todo el día. No importa lo que prepares, incluso un vaso de agua, en tu cocina siempre habrá algo que lavar. Y para desempeñar bien este papel, la mayoría de las personas optamos por esponjas de cocina. Pero, ¿qué tan seguras son realmente las esponjas?

Mi experiencia con esponjas contaminadas

Desde que soy ama de casa a tiempo completo, he notado que paso gran parte del día en la cocina, ya sea cocinando o lavando platos. Un día cualquiera, mientras lavaba los platos, percibí un olor desagradable. Investigando el origen, descubrí que provenía de la esponja. Ya no era amarilla y verde, sino que se había convertido en naranja y café.

¿Por qué pasó esto? ¿Te ha pasado a ti también?

¿Sabías que tu esponja tiene más vida social que tú?

Cuando una esponja huele mal, cambia de color o está viscosa, es una señal de alerta. Esto indica que tu esponja no solo sirve para enjabonar platos, sino que también alberga microorganismos como bacterias y, en ocasiones, patógenos.

Las esponjas de cocina son más propensas a contaminarse que los cepillos, ya que albergan una gran cantidad de bacterias, algunas provenientes de nuestras manos y otras de los restos de comida.

¿Cómo prevenir la contaminación en tus utensilios de limpieza?

1. Lávate las manos regularmente: Especialmente después de usar el baño o llegar de la calle.
2. Cambia las esponjas con regularidad: No esperes a que huelan mal o se vean desgastadas.
3. Considera usar cepillos para lavar platos: Son más higiénicos y menos propensos a acumular bacterias como E. coli o Salmonella.

Cepillos: una alternativa más higiénica

Imagina que tu esponja es como una ciudad microscópica con millones de habitantes. Algunos son inofensivos, pero otros, como E. coli y Salmonella, son responsables de enfermedades gastrointestinales. Estas bacterias pueden sobrevivir en las fibras de la esponja y contaminar tus utensilios.

Por ello, los cepillos de cocina son una alternativa más higiénica:

• Menor acumulación de bacterias: Las cerdas espaciadas facilitan la limpieza y el secado rápido.
• Mayor durabilidad: Los cepillos son más resistentes al desgaste.
• Limpieza profunda: Las cerdas llegan a rincones que las esponjas no alcanzan.
• Fácil desinfección: Puedes hervir los cepillos o lavarlos en el lavavajillas.

Cómo cuidar tus esponjas y cepillos

Cambiar las esponjas frecuentemente puede ser costoso y generar más basura. Por eso, es fundamental aprender a desinfectarlas y alargar su vida útil:

1. Deja secar la esponja después de usarla: Asegúrate de que no queden restos de comida.
2. Desinfecta regularmente: Usa cloro, vinagre o el microondas (¡asegúrate de que esté bien mojada!).
3. Utiliza cepillos para tareas más pesadas: Especialmente para limpiar carne cruda o sartenes sucias.

Trucos de una mamá científica para una cocina más saludable

• Cambia tu esponja cada 2-3 semanas.
• Sumerge la esponja en una solución de vinagre blanco y agua caliente.
• Pon la esponja en el microondas (mojada) para eliminar bacterias.
• Escurre bien tu esponja después de usarla y deja que se seque al aire.
• Usa cepillos como alternativa más higiénica.

Recuerda: tu esponja puede ser tu mejor aliada en la cocina o tu peor enemiga. ¡Tú decides! 😉

Referencias

1. Trond Møretrø, Birgitte Moen, Valérie L. Almli, Paula Teixeira, Vânia B. Ferreira, Anette Wold Åsli, Charlotte Nilsen, Solveig Langsrud. Dishwashing sponges and brushes: Consumer practices and bacterial growth and survival. International Journal of Food Microbiology, Volume 337, 2021, 108928, ISSN 0168-1605. https://doi.org/10.1016/j.ijfoodmicro.2020.108928
2. Trond Møretrø, Vânia B. Ferreira, Birgitte Moen, Valérie L. Almli, Paula Teixeira, Ida M. Kasbo, Solveig Langsrud. Niveles bacterianos y diversidad en esponjas de cocina y cepillos para lavavajillas utilizados por los consumidores. Journal of Applied Microbiology, Volumen 133, Número 3, 1 de septiembre de 2022, páginas 1378–1391. https://doi.org/10.1111/jam.15621