
Cuando era pequeña, vivía en el campo con mis padres. Recuerdo que un día mi papá afilaba su machete para cortar hierba. Lo vi salir con sus botas puestas y el machete en la mano, pero no lo volví a ver hasta semanas después. Cuando regresó, estaba pálido y delgado. Resulta que se había enterrado el machete en la rodilla derecha. En el hospital, lo primero que hicieron fue aplicarle una vacuna contra el tétanos directamente en la herida abierta.
—¿Una vacuna en una herida abierta? —me preguntaba, sin entender por qué no la limpiaron primero—. ¿Qué es el tétanos? Eran muchas preguntas sin respuesta para una niña de siete años.
¿Qué es el tétanos?
El tétanos es una enfermedad potencialmente mortal causada por la toxina de la bacteria Clostridium tetani. Se caracteriza por espasmos musculares severos y disfunción del sistema nervioso autónomo, lo que provoca la pérdida del control de los movimientos. Aunque es prevenible con la vacunación, la bacteria C. tetani está tan ampliamente distribuida en el medio ambiente que su erradicación es imposible.
En el caso de mi papá, al cortarse con el machete, la posibilidad de exposición era alta, ya sea por el propio machete o por el suelo contaminado. Por eso, la vacuna fue la primera línea de defensa contra una posible infección.
Formas de tétanos
Existen cuatro tipos principales de tétanos:
- Tétanos local
- Tétanos generalizado (el más común)
- Tétanos neonatal
- Tétanos cefálico
Todas estas formas surgen a partir de una herida contaminada con esporas de C. tetani. Estas esporas se encuentran en suelos ricos en materia orgánica, en tierras abonadas y cultivadas, y en el tracto intestinal de animales (especialmente en aves y sus heces).
El tétanos a lo largo de la historia
Antes de que se descubriera que el tétanos era causado por una bacteria, la enfermedad estaba envuelta en supersticiones y creencias erróneas.
En muchas culturas antiguas, los síntomas del tétanos —como los espasmos musculares extremos, la rigidez corporal y la “risa sardónica” (un rictus facial forzado por la contracción de los músculos)— se interpretaban como signos de posesión demoníaca o castigo divino. Se creía que la persona había sido maldecida o que estaba pagando por un pecado.
Los médicos de la antigua Grecia y Roma, como Hipócrates y Galeno, describieron el tétanos en sus escritos, pero no entendían su causa. En la medicina antigua, se pensaba que era un desequilibrio de los humores corporales, y los tratamientos incluían sangrías, hierbas y rituales religiosos.
No fue hasta el siglo XIX, con los avances en microbiología de Louis Pasteur y Robert Koch, que se descubrió que el tétanos era causado por una bacteria y no por fuerzas sobrenaturales. En 1884, Antonio Carle y Giorgio Rattone demostraron que el tétanos podía transmitirse mediante la inyección de tejido infectado en animales. Finalmente, en 1890, Emil von Behring desarrolló el primer suero antitetánico, sentando las bases para la prevención y el tratamiento modernos.
Gracias a estos descubrimientos, hoy contamos con vacunas efectivas que han reducido drásticamente los casos de tétanos en muchos países.
Esquema de vacunación contra el tétanos en Colombia
El Ministerio de Salud en Colombia incluye la vacuna contra el tétanos dentro del esquema nacional de inmunización. Este es el calendario recomendado:
Niños y niñas:
✔ Primera dosis: 2 meses
✔ Segunda dosis: 4 meses
✔ Tercera dosis: 6 meses
✔ Refuerzos: 18 meses y 5 años
Mujeres en edad fértil entre los 10 y 49 años:
✔ Primera dosis
✔ Segunda dosis: Al mes de la primera dosis
✔ Tercera dosis: A los 6 meses de la segunda dosis
✔ Cuarta dosis: al año de la tercera dosis
✔ Quinta dosis: al año de la cuarta dosis
Adolescentes y adultos:
✔ Se recomienda un refuerzo cada 10 años.
✔ Si ocurre una herida de riesgo y han pasado más de 5 años desde la última dosis, se aplica un refuerzo.
Embarazadas:
✔ Una dosis entre las 20 y 36 semanas de gestación para proteger al bebé contra el tétanos neonatal.
Si no recuerdas cuándo fue tu última dosis, lo mejor es consultar con un médico y actualizar tu esquema de vacunación.
Síntomas y diagnóstico del tétanos
El tétanos comienza con contracturas musculares y espasmos. En el tétanos generalizado, los síntomas incluyen:
- Rigidez en la mandíbula (trismo), que puede evolucionar hasta una contractura completa de los músculos de la cara.
- Contractura del cuello y la espalda (opistótonos).
- Dificultad para tragar debido a espasmos faríngeos y laríngeos.
Si no se trata a tiempo, estos síntomas pueden afectar los músculos respiratorios, causando asfixia y muerte.
Prevención y tratamiento del tétanos
A lo largo de la historia, el tétanos ha cobrado millones de vidas, pero hoy podemos prevenirlo eficazmente con:
✔ Vacunación con toxoide tetánico
✔ Uso de suero antitetánico en casos graves
En países con altas tasas de vacunación, el tétanos es raro. Sin embargo, en regiones con acceso limitado a la inmunización, sigue siendo una amenaza.
Afortunadamente, mi papá se recuperó completamente, y hoy sigue siendo la persona activa y fuerte que siempre he admirado.
Como mamá y microbióloga, reafirmo: ¡la vacunación salva vidas! Acude a tiempo y completa tu esquema de vacunación; nunca sabes cuándo podría salvarte la vida.
REFERENCIAS
Megighian, A., Pirazzini, M., Fabris, F., Rossetto, O., & Montecucco, C. (2021). Tetanus and tetanus neurotoxin: From peripheral uptake to central nervous tissue targets. Journal of Neurochemistry, 158(6), 1244–1253. https://doi.org/10.1111/jnc.15330
Khoury, A., & Cahill, J. D. (2020). Tetanus Vaccination 2020 and Collateral Protections against Pertussis and Diphtheria. Rhode Island Medical Journal (2013), 103(6), 38–40.