
Antes de convertirme en mamá, tenía muchas expectativas sobre la maternidad. Una de ellas era la lactancia materna exclusiva hasta que el bebé quisiera. Para garantizar este proceso, comencé a extraer leche y hacer mi banco de leche materna, pero con el tiempo surgieron muchas dudas, especialmente cuando descongelaba la leche y mi bebé la rechazaba. ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Le cambió el sabor o el olor? ¿Serán las bolsas? ¿O será la presencia de algún microorganismo que altera su sabor?
Al final no fue nada de eso, simplemente mi bebé creció muy rápido y decidió dejar la leche materna a los 9 meses.
Microbiota en la leche materna
Antes de 2003, se creía que la leche materna era estéril. Sin embargo, ahora sabemos que este fluido no solo contiene nutrientes esenciales (vitaminas, minerales, proteínas), células, hormonas, factores inmunológicos e inmunomoduladores (citocinas, inmunoglobulina A, microARN), sino también biomoléculas no nutritivas (glicoconjugados, oligosacáridos) y una amplia gama de microbios (bacterias, arqueas, virus, protozoos y hongos anaeróbicos), conocida como microbiota de la leche humana.
Los principales géneros bacterianos presentes en la leche materna son Lactobacillus y Bifidobacterium, los cuales son fundamentales para la salud humana. Estas bacterias beneficiosas ayudan a limitar el crecimiento de patógenos en el tracto gastrointestinal del bebé, ya que producen acetato y lactato a partir del metabolismo de los oligosacáridos presentes en la leche materna, los cuales los bebés no pueden digerir, pero que cumplen la función de alimentar a estas bacterias benéficas y ayudar a prevenir infecciones.
Beneficios de la leche materna
La leche materna es la mejor fuente de nutrición para recién nacidos y lactantes. La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, ya que aporta beneficios como:
- Reducción de la incidencia de infecciones y sepsis en bebés prematuros.
- Disminución del riesgo de enterocolitis necrotizante.
- Mejores resultados en el desarrollo cognitivo a los dos años.
- Menor tasa de reingresos hospitalarios.
- Mejores resultados cardiovasculares en la vida adulta.
¿La leche materna puede contener bacterias patógenas?
Los beneficios de la lactancia materna son ampliamente reconocidos. Sin embargo, algunos bebés enfermos, como los que están en unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN), no pueden ser amamantados directamente, o algunas madres deben extraer su leche para continuar con la lactancia al regresar al trabajo. En estos casos, es fundamental tener precaución, ya que una extracción inadecuada puede generar contaminación bacteriana, representando una amenaza para el bebé.
Se han detectado bacterias patógenas en muestras de leche materna extraída, incluyendo:
- Staphylococcus aureus, incluyendo MRSA.
- Streptococos β-hemolíticos.
- Pseudomonas spp.
- Klebsiella spp.
- Proteus spp.
- Enterobacterias.
Estas bacterias pueden representar un riesgo de infección para los lactantes.
¿Cómo garantizar la seguridad de la leche extraída?
Para asegurar la calidad y seguridad de la leche materna extraída, es clave seguir ciertas medidas de higiene y almacenamiento:
- Lavado de manos adecuado: Usar técnicas asépticas antes de la extracción.
- Higiene de los senos: La piel de los senos puede ser una fuente de contaminación.
- Esterilización de recipientes: Hervir la parte de los extractores que hace contacto con el seno y recipientes reduce el riesgo de contaminación.
- Almacenamiento adecuado:
- No dejar la leche materna a temperatura ambiente por más de 4 horas.
- Refrigerar inmediatamente tras la extracción.
- No mezclar leche tibia con leche fría, antes de enfriarla.
- Usar el principio “primero en entrar, primero en salir” (FIFO) para el consumo.
- Transporte seguro: Minimizar el tiempo entre la extracción y el almacenamiento, ya que la variabilidad en la temperatura afecta la calidad de la leche y favorece el crecimiento de patógenos.
La lactancia materna es un acto de amor y una fuente invaluable de nutrientes y protección inmunológica para los bebés. Sin embargo, al extraer y almacenar la leche materna, es fundamental tomar precauciones para evitar la contaminación bacteriana. Aplicar buenas prácticas de higiene y almacenamiento garantizará que la leche continúe siendo ese festín microscópico lleno de beneficios para nuestros pequeños.
¡Cuidemos la leche materna como el tesoro que es! 🌟🍼
REFERENCIAS
Gad, S., Sheta, M. M., Al-Khalafawi, A. I., Abu El-Fadl, H. A., Anany, M., Sahmoud, S., & Amin, M. K. (2021). Expressed Breast Milk Contamination in Neonatal Intensive Care Unit. Pediatric health, medicine and therapeutics, 12, 307–313. https://doi.org/10.2147/PHMT.S311632
González-Rodríguez, Rebeca I., Jiménez-Escobar, Irma, & Gutiérrez-Castrellón, Pedro. (2020). Microbiota de la leche humana y su impacto en la salud humana. Gaceta médica de México, 156(Supl. 3), 58-66. Epub 25 de octubre de 2021. https://doi.org/10.24875/gmm.m20000439