Friday, 11 July, 2025

Te picó una garrapata… ¿y ahora qué? La verdad sobre la enfermedad de Lyme


Cuando empecé a estudiar microbiología, no imaginaba que existieran tantas enfermedades infecciosas transmitidas por insectos que solemos asociar sólo con animales. Un ejemplo claro son las garrapatas. Crecí en el campo y vi cómo afectaban a vacas, caballos, perros e incluso gatos, pero jamás pensé que pudieran picar a humanos y transmitirles enfermedades. Eso estaba fuera de mi imaginación, especialmente porque en Latinoamérica no es tan común consultar al médico por una picadura de garrapata, como sí sucede en Estados Unidos o Europa.

Una de las enfermedades más conocidas es la enfermedad de Lyme, también llamada borreliosis de Lyme. Es causada por la bacteria espiroqueta Borrelia burgdorferi en Estados Unidos, y por otras especies del mismo género en Europa y Asia. Se transmite por la picadura de garrapatas infectadas y progresa en tres etapas: localizada temprana, diseminada temprana y tardía. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, fatiga y una erupción cutánea característica en forma de “diana” (eritema migratorio). Si no se trata a tiempo, la infección puede avanzar y afectar distintos sistemas del cuerpo, generando complicaciones neurológicas, cardíacas y articulares. En su etapa tardía, incluso puede causar encefalopatía y artritis crónica. Por eso es tan importante el diagnóstico y tratamiento oportunos.

El ciclo de vida de la garrapata es clave para entender cuándo puede transmitir la infección. Vive entre 2 y 3 años y pasa por cuatro etapas: huevo, larva, ninfa y adulto. En cada una, necesita alimentarse de sangre para continuar su desarrollo. Es durante esas ingestas cuando puede infectarse con Borrelia. Suelen adherirse a aves o pequeños mamíferos, como ratones o topillos, y se alimentan entre 3 y 7 días.

La bacteria vive inicialmente en el intestino medio de la garrapata. Cuando esta se alimenta, la sangre del huésped estimula la multiplicación de la espiroqueta y su migración hacia las glándulas salivales, gracias a una proteína especial (la proteína C de superficie externa). Esto toma tiempo, por lo que la transmisión al ser humano ocurre cuando la garrapata permanece adherida por más de 15 horas. Las espiroquetas se depositan en la piel y luego se diseminan por el cuerpo.

Pero, ¿cómo es posible que una garrapata te pique y ni te des cuenta?

En países con estaciones marcadas, las picaduras de garrapatas aumentan en primavera, alcanzan su pico en verano y aún son comunes en otoño. Esto se debe a que la gente aprovecha el clima cálido para hacer actividades al aire libre antes de que llegue el invierno. Las garrapatas están al acecho, esperando a que alguien pase cerca.

La historia moderna de la enfermedad de Lyme comienza con un curioso caso en 1970, cuando el dermatólogo Rudolph J. Scrimenti reportó el primer caso adquirido en EE.UU. Un médico fue picado por una garrapata mientras cazaba en Wisconsin. Tres meses después desarrolló una enorme erupción y dolor en la zona. Gracias a que Scrimenti conocía la literatura médica europea, reconoció la enfermedad y aplicó penicilina, con lo que el paciente mejoró en 48 horas.

En 1981, los investigadores Willy Burgdorfer, Jorge Benach y Alan Barbour identificaron la bacteria Borrelia burgdorferi en garrapatas recolectadas en el este de Long Island, marcando un hito en la historia médica.

Todo esto nos muestra que la enfermedad de Lyme es prevenible y tratable, pero solo si se detecta a tiempo. Lo ideal es evitar la picadura en primer lugar, especialmente aquellas de larga duración.

REFERENCIAS 

Radolf, J. D., Strle, K., Lemieux, J. E., & Strle, F. (2021). Lyme Disease in Humans. Current issues in molecular biology, 42, 333–384. https://doi.org/10.21775/cimb.042.333 

Skar GL, Blum MA, Simonsen KA. Enfermedad de Lyme. [Actualizado el 1 de octubre de 2024]. En: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; enero de 2025. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK431066/?utm_source=chatgpt.com

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